Parece que el hundimiento de Europa está pasando de puntillas por la Región de Murcia, pero si la Comunidad Autónoma no puede pagar 9000 € por los clubes de lectura de todo un año, es que la situación es alarmante. Seguramente alguien piense que tal gasto es un derroche y que cada cual lea en su casa, pero resulta que un club de lectura va mucho más allá.
La convocatoria de la cacerolada me recuerda (salvando las distancias) la portada del primer número del "Butlletí de l'Associació de Bibliotecaris de Catalunya" en la que se reproducía una manifestación para protestar por el recorte de presupuestos en las bibliotecas de Holanda. Impactante ver en aquellos años las bibliotecas entre las patas de los caballos policiales. Algo es algo.
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Pedro Antonio Jiménez Martínez
RMBM