Estimad@s colegas
Me hubiera gustado escribir antes sobre las reflexiones de
Fernando, pero no había podido.
Fernando hace un diagnóstico preciso y muy necesario -diría que
imprescindible- de la precariedad laboral en el sector GLAM, que
afecta a los servicios externalizados y también al propio sector
público, donde en muchas ocasiones los puestos se convocan en
condiciones inferiores a la cualificación necesaria para el
ejercicio profesional, o con requisitos y contenidos obsoletos.
Así lo viene reflejando el Observatorio de Defensa de la Profesión
de FESABID (https://www.fesabid.org/en-accion/observatorio/), que
recibe numerosísimas denuncias de situaciones y convocatorias
inaceptables para la dignidad profesional.
Poco se puede añadir a lo que señalado: la carencia de convenios
propios y el que la contratación pública no atienda en ocasiones a
criterios socialmente responsables genera condiciones de
externalización que expulsa de nuestros ámbitos profesional a
muchas personas bien cualificadas, o los precariza si no tienen
alternativas mejores. Diría también que las malas condiciones
laborales y las bajas expectativas disuaden a bastantes jóvenes,
cuando tienen que elegir sus estudios al dirigirse a la
Universidad, de optar por los Grados universitarios relacionados
con nuestra profesión. Y por ello podemos estar perdiendo a muchas
vocaciones brillantes que contribuirían al relevo generacional y
enriquecerían nuestra profesión si vieran más factible
incorporarse a ella.
Es muy necesario luchar por la protección de los derechos laborales en nuestra profesión, para quienes actualmente la ejercen, y porque eso la hará más atractiva para quienes aspiren a estudiarla y a desempeñarla en el futuro. La racionalidad neoliberal imperante en el mercado laboral encamina a una mayor precariedad en general, y particularmente en nuestro sector, y eso lo deberíamos abordar con pautas como las que Fernando propone hacer llegar a las administraciones, los sindicatos y las empresas del sector. Incluyendo la reivindicación cuando sea necesario y factible. También necesitamos que Universidad y asociaciones vayamos muy de la mano para fortalecernos mutuamente, porque una profesión tiene más fortaleza si tiene una o varias titulaciones de referencia fuertes. Nuestra labor es muy complementaria.
Una anédota: al poco de empezar a trabajar como auxiliar de
biblioteca (lo que hoy sería C1) en mi Universidad, en todas las
universidades se vio que era justo que promocionáramos a la
categoría de ayudante (A2), para hologarnos con los colegas que
hacían funciones parecidas en el Ministerio de Cultura. Era
mediados de los años ochenta, y en un breve plazo se hizo,
haciéndonos sentir reconocidos y tratados justamente como
profesionales. Muchos años después diría que la situación
profesional en general ha ido para atrás especialmente para las
nuevas generaciones. Y revertir esto es una prioridad para el
futuro profesional y para la dignidad de una profesión que en
todas sus variantes debe ejercerse de acuerdo con la relevancia
del derecho a la información. Reivindiquemos esto hoy que es el
Día Internacional del Derecho a Saber.
Un saludo cordial,
José A.
El 14/09/2021 a las 9:00, Fernando Juarez escribió:
[log in para visualizar]">--Contratación pública socialmente responsable
Fernando Juárez-Urquijo
Biblioteca de Muskiz
Miembro del Grupo Thinkepi
Comentábamos en un Thinkepi anterior1 que estamos a las puertas de un relevo generacional en los servicios GLAM públicos (bibliotecas, archivos, museos, centros de documentación) y que el panorama que nos adelantan los actuales modelos de contratación auguran un aumento del número de externalizaciones. Es previsible la incorporación de una cohorte de nuevos profesionales que trabajarán para las diferentes administraciones sin ser empleados públicos y realizando, en muchas ocasiones, labores de carácter permanente.
Esta nota se va a centrar en la problemática de la contratación pública vía externalización, en la oportunidad que para promover la sostenibilidad, la equidad y la innovación tienen las administraciones públicas si utilizan su gran “poder de compra” con criterios de responsabilidad social y en el papel de las asociaciones profesionales en la regulación de nuevos ecosistemas laborales.
¿Hablamos?
En la recepción inaugural de las JEID192 organizadas por FESABID3 una persona se acercó para preguntarme si era el representante de ALDEE4 (acababa de estrenarme como presidente de la Asociación). Tras los saludos protocolarios hablamos distendidamente sobre nuestro (común) origen geográfico, los conocidos que compartíamos y sobre nuestras circunstancias laborales, ella con cargo de responsabilidad en una empresa privada dedicada a la gestión de archivos y centros de documentación, sobre todo públicos, yo funcionario en la administración local trabajando en una biblioteca pública. Tras unos minutos la conversación llegó al punto buscado: en su empresa estaban preocupadas porque no eran capaces de retener el capital humano (personas en las que invertían tiempo y dinero para mejorar sus conocimientos y habilidades pero que abandonaban la empresa buscando mejores ofertas laborales, casi siempre de las administraciones) y tenían problemas para encontrar relevo cualificado; se preguntaba si nuestra asociación podría ayudar orientando la formación hacia lo que el mercado (empresas y administraciones) demandaban. En ese punto comenté que, en mi opinión, su problema no era tanto de formación como de condiciones laborales y que desaparecería, en gran medida, con un aumento de sueldos. Ante mi simpleza (“Sí, claro, es evidente, pero hay que tener en cuenta las reglas del juego”) mi interlocutora decidió impartir un cursillo acelerado sobre licitaciones públicas.
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-- José Antonio Gómez Hernández Departamento de Información y Documentación FAcultad de Comunicación y Documentación de la Universidad de Murcia Campus de Espinardo 30100-MURCIA 34 8686887260