¡Hola, Paco!
Totalmente de acuerdo con tu análisis, y además, ¡qué bien leer a alguien que lleva tanto tiempo explorando estos mundos digitales! Yo he aterrizado en Bluesky hace nada, pero, como tú dices, ese "ambientillo" que recuerda a los primeros tiempos de Twitter me tiene entusiasmada. Es como un déjà vu digital: buen rollo, debates interesantes y cero ruido innecesario (de momento, toquemos madera).
Tienes toda la razón en lo de mantener la calma y no irse de X a lo loco. Pero sí creo que, poco a poco, es nuestra responsabilidad explorar estos nuevos espacios, que por ahora parecen ofrecer un aire más fresco, menos contaminado.
Además, eso que mencionas sobre la euforia me ha hecho reflexionar. Es cierto, hay que evitar dejarnos llevar por los impulsos y pensar bien hacia dónde queremos llevar nuestras conversaciones y, sobre todo, a quién queremos alcanzar. Dicho esto, no puedo evitar emocionarme un poco al ver cómo más bibliotecas y universidades están colonizando este "cielo azul". Quién sabe, igual entre todas logramos crear una pequeña utopía bibliotecaria... aunque sea por un ratito.
Seguiremos observando y sembrando, con calma, pero con ganas.
Un abrazo,
Hola, Fernando:Muchas gracias por tu reflexión tan completa y por poner palabras a ese dilema ético y estratégico que creo que compartimos muchas de las personas que gestionamos redes sociales en bibliotecas.Tu mensaje me resuena especialmente en dos puntos: por un lado, la responsabilidad que tenemos como instituciones públicas de ser un referente ético en el ecosistema digital, eligiendo espacios que promuevan valores como la transparencia, la inclusión y el respeto; y, por otro, esa función imprescindible de contrarrestar el ruido y la toxicidad en plataformas como X, donde todavía hay una gran parte de nuestra comunidad.Confieso que me encuentro dividida entre ambas ideas. Por un lado, siento que migrar hacia redes más éticas, como Bluesky, nos permite alinearnos con nuestros valores y liderar el camino hacia entornos digitales más saludables. Pero, como bien dices, no podemos olvidar a nuestra comunidad en X, que sigue siendo significativa. Como bibliotecas, creo que nuestra misión no es solo seguir a la ciudadanía, sino también marcar un rumbo, ayudando a nuestros usuarios a descubrir nuevos espacios donde podamos construir juntos un entorno más positivo.Esa imagen que usas de aportar oxígeno en un entorno contaminado me parece preciosa y muy acertada. Sin embargo, ¿es suficiente nuestra presencia para limpiar el aire, o estamos también arriesgando nuestra credibilidad al permanecer en un espacio tan desgastado? ¿Cómo balanceamos el "estar donde están los usuarios" con el "llevar a los usuarios donde creemos que deberían estar"?Por ahora, creo que deberíamos trabajar en paralelo: mantener nuestra labor de alfabetización y creación de contenido de calidad en X, pero también empezar a abrir camino en espacios como Bluesky, observando su evolución y ayudando a atraer a nuestra comunidad poco a poco. Eso sí, todo esto requiere reflexión conjunta y una estrategia bien diseñada.Seguimos debatiendo, porque creo que este es un tema que necesita todas nuestras voces.Un abrazo,Buenas a todas y todos,En primer lugar muchas gracias Catuxa por abrir este debate necesario, sobre la actualidad del uso de las redes sociales por parte de las bibliotecas, y los temas y preguntas que pones sobre la mesa. Creo que todos los que tenemos responsabilidad en ello debemos tener muy presente esa continua reflexión sobre cuál es nuestro papel en los medios sociales y poner en común nuestras experiencias e ideas es una parte fundamental.Creo que todos somos conscientes de la evolución que han tomado las redes sociales en los últimos años. Hace poco en un encuentro bibliotecario tuve ocasión de hablar al respecto con Julián Marquina, y compartimos el punto de vista que creo que es común a todos cuantos hemos participado activamente, desde sus inicios, en las RRSS: y es que es palpable el progresivo y alarmante deterioro del ecosistema redes, muy acusado en la última década especialmente en las que son propiedad de Zuckerberg y de Elon Musk, aunque también es apreciable en las dinámicas de otras como TikTok. Todos conocemos la problemática: las redes cada vez son más restrictivas e inseguras para el usuario porque, derivado de su uso masivo, se convirtieron en un inmenso negocio para sus dueños donde lo que prima son los ingresos: marketing que cada vez es más invasivo; y contenidos que generen clics a esa publicidad. Muchos de esos contenidos de mala calidad, o directamente falsos, son replicados por multitud de cuentas falsas y por pseudo medios, y son peligrosos hasta el punto que están poniendo en jaque a algunos gobiernos.Visto el panorama, se está apreciando, como apunta Catuxa, un descenso en el uso de redes como Twitter desde su adquisición por parte de Musk. Este medio sobre todo acusa las restricciones impuestas por su dueño, y un notable desgaste por parte de una parte de usuarios que ha perdido su confianza en esta red social, debido a la infoxicación y a la polarización ideológica que, ahora más que nunca, campa a sus anchas en la nueva X. Algunas instituciones (y bibliotecas), personalidades, medios de comunicación, influencers y usuarios han migrado a Bluesky, una red social muy similar al original Twitter (no en vano tiene los mismos fundadores), pero todavía parece que el efecto llamada no ha resultado del todo inmediato y efectivo: no se aprecia una desbandada masiva. Personalmente soy escéptico a corto plazo en que esta red social pueda competir con X,... pero hay que ir viendo. Me parece que hay que incorporarse poco a poco, al igual que lo están haciendo cada vez más usuarios. Hay que tener presente una cosa: tenemos una confianza contrastada otorgada por la ciudadanía, y mucha gente va a validar un entorno gracias a ella.Por esto último sin duda a mi me pasa, y yo creo que a muchos de los que leáis esto os sucederá, que sentís que permanecer y crear contenidos en X supone un dilema ético constante... Pero no valoro abandonar a su suerte a los seguidores en esta red social, porque aún hay una considerable actividad. Las bibliotecas debemos estar donde estén nuestros usuarios reales y potenciales, y hay que decir que todavía existe un no desdeñable sector de la población que la utiliza y que nos sigue. Es decir: la decisión que han tomado algunos medios de comunicación como La Vanguardia o The Guardian de abandonar su comunidad en X, es respetable pero no me parece razonable aún. Sin duda hay que ir adaptándose si queremos seguir cerca de los usuarios, en la realidad líquida en la que vivimos ese cambio constante está más que asumido desde hace años. Tomemos buena nota y aprendamos de las experiencias de los compañeros/as que ya estén en estas redes sociales emergentes y, mientras tanto, sigamos haciendo bien nuestro papel allá donde estemos, teniendo muy clara nuestra misión y nuestro compromiso con la ciudadanía.Tenemos que aportar un poquito de oxígeno para que el ambiente sea menos tóxico y más respirable para ellos, sembrando alfabetización allí donde intentan manipularnos, y poniendo una semillita poética en la tierra donde intentan que germine la del odio.Un saludo.--Estimadas colegas,
Me gustaría abrir una reflexión sobre la evolución de las redes sociales y cómo los cambios recientes en X (anteriormente conocida como Twitter) están afectando la presencia y visibilidad de nuestras bibliotecas en el entorno digital. En mi caso he visto como la interacción de la comunidad de personas seguidoras de la biblioteca ha ido disminuyendo, además de que cada vez es una red más çopacada de la que ya no podemos disponer de datos estadísticos, antes tan valiosos.
Como sabéis, X ha sido una plataforma clave para muchas bibliotecas y organismos públicos, pero los recientes cambios, como la limitación de funciones gratuitas y las barreras para la gestión desde terceros, han generado serias dudas sobre su viabilidad a largo plazo como herramienta de comunicación institucional. La falta de acceso a estadísticas sin pagar y la creciente dificultad para gestionar las cuentas desde herramientas de terceros están llevando a muchas organizaciones a replantearse su estrategia digital.
En este contexto, surge la pregunta: ¿Es hora de considerar otras alternativas? Bluesky, por ejemplo, es una plataforma emergente que, aunque aún está en fase beta, podría ofrecer una opción interesante para aquellas bibliotecas que buscan un entorno más descentralizado y abierto, alineado con nuestros valores de accesibilidad y transparencia. Threads, de Meta, también se presenta como una opción ligera y con mucho potencial, especialmente por su integración con Instagram y la rapidez en la publicación de contenidos.
Me gustaría saber si alguna de vuestras bibliotecas ya ha empezado a explorar nuevas plataformas o si estáis considerando dar el salto en el futuro cercano. ¿Alguna biblioteca ya está utilizando Bluesky, Threads, Mastodon u otras plataformas emergentes? ¿Qué experiencias estáis teniendo hasta ahora?
Agradecería mucho vuestros comentarios y experiencias, ya que creo que este tema es clave para definir cómo las bibliotecas nos adaptamos a los cambios que están marcando las redes sociales en los próximos años.
Gracias de antemano por compartir vuestras ideas.
------------------
Catuxa Seoane
Deakialli DocuMental (http://www.deakialli.com) :: Bitácora sobre
biblioteconomía, AI y recuperación de información
Para darse de baja de IWETEL haga clic AQUI